En un mundo empresarial cada vez más expuesto a variables inesperadas, el mayor activo para alcanzar el éxito no es solo el producto o servicio, sino el capital humano con el que cuenta. El talento y el compromiso de los equipos de trabajo son factores fundamentales en el crecimiento y la sostenibilidad, así como su impacto en la mejora de la sociedad, reforzando la imagen de la empresa a la hora de afrontar nuevos desafíos, aprender de las dificultades y evolucionar. Un capital humano comprometido y ético puede contribuir significativamente a las iniciativas de la organización, ocupándose también de la comunidad y el medio ambiente, o bien liderando proyectos que incluyan otras áreas del entorno, como compartir aspectos de su responsabilidad social en espacios escolares. Cuando se es consciente de que el éxito de las empresas está inextricablemente vinculado a las personas que la componen, el desenlace es un mejor posicionamiento, aun en un entorno desafiante. La inversión en el capital humano y el compromiso con la suma de habilidades, talentos, conocimiento, atributos y experiencia es para la cultura de la organización, una sabia estrategia y ventaja competitiva en todos los niveles. Fundamentalmente cuando hoy ya no se trata solo de tomar decisiones y dirigir a un grupo de personas hacia un objetivo común, sino cuando se busca liderar para un bien mayor o un propósito más amplio que trascienda los beneficios individuales, transformando organizaciones y comunidades.
Promover un mayor sentimiento de pertenencia para aumentar la productividad
Según Deloitte, el sentimiento de pertenencia en las organizaciones empresariales incrementa la productividad laboral hasta en un 56%, debido a que hay más compromiso y